Lectura diaria de la Biblia

18 de junio 2017 – domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Papa Francisco: La Eucaristía no es un premio para los buenos, sino que es la fuerza para los débiles, para los pecadores. Es el perdón, es el viático que nos ayuda a dar pasos, a caminar. Hoy, Fiesta del Corpus Christi, tenemos la alegría no solo de celebrar este misterio, sino también de alabarlo y cantarlo por las calles de nuestra ciudad. Que la procesión exprese nuestro reconocimiento por todo el camino que Dios nos hizo recorrer a través del desierto de nuestras pobrezas, para hacernos salir de la condición servil, alimentándonos con su amor mediante el Sacramento de su Cuerpo y de su Sangre (4-6-2015).

Deuteronomio 8, 2-3.14b-16a: Habló Moisés al pueblo y dijo: Recuerda el camino que el Señor tu Dios te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones: Si guardas sus preceptos o no. Él te afligió haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná -que tú no conocías ni conocieron tus padres- para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo cuanto sale de la boca de Dios. No te olvides del Señor tu Dios que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres.

Salmo 147, 12-15.19-20: Glorifica al Señor, Jerusalén.

1Corintios 10, 16-17: El cáliz de nuestra acción de gracias, ¿no nos une a todos en la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no nos une a todos en el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan.

JUAN 6, 51-58: Dijo Jesús a los judíos: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo. Disputaban los judíos entre sí: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?. Entonces Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron. El que come este pan vivirá para siempre.

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