Lectura diaria de la Biblia

29 de enero 2017 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En el Evangelio de hoy, Jesús enseña a sus discípulos y a la gente reunida en la colina cercana al lago de Galilea. Bienaventurados los pobres en el espíritu. Porque de ellos es el reino de los cielos. Podemos preguntarnos, ¿cómo puede ser feliz una persona pobre de corazón, cuyo único tesoro es el reino de los cielos? La razón es precisamente esta: que al tener el corazón despojado y libre de muchas cosas mundanas, esta persona es esperada en el reino de los cielos (1-11-2015).

Sofonías 2, 3, 12-13: Buscad al Señor los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.

Salmo 145, 7-10: Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

1Corintios 1, 26-31: Fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas: todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, la despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Y así -como dice la escritura- el que se gloríe que se gloríe en el Señor.

Mateo 5, 1-12a: Al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo la boca, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

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