Lectura diaria de la Biblia

4 de Diciembre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: ¿Qué hizo Juan? Ante todo anunció al Señor. Anunció que estaba cerca el Salvador, el Señor; que estaba cerca el reino de Dios. Un anuncio que él había realizado con fuerza: Bautizaba y exhortaba a todos a convertirse. Juan era un hombre fuerte y anunciaba a Jesucristo: fue el profeta más cercano a Jesucristo. Tan cercano que precisamente él lo indicó a los demás. Cuando vio a Jesús exclamó: ¡Es aquel!. Juan tenía mucha autoridad moral, mucha. Toda la gente iba a él. El evangelio dice que los escribas se acercaban para preguntarle; “¿Qué debemos hacer?”. Lo mismo hacia el pueblo y los soldados. “¡Convertíos!” era la respuesta de Juan, y no “estaféis”. Invita a un examen de conciencia acerca de nuestro discipulado: ¿Anunciamos a Jesucristo? ¿Progresamos o no progresamos en nuestra condición de cristianos como si fuese un privilegio? ¿Vamos por el camino de Jesucristo, el camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento para el servicio?

Isaías 11, 1-10: Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de ciencia y discernimiento, espíritu de consejo y valor, espíritu de piedad y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencia, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado, con equidad dará sentencia al pobre. Herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia ceñidor de sus lomos; la fidelidad, ceñidor de su cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea, la vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi Monte Santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17: Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente.

Romanos 15, 4-9: Todas las antiguas escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo os conceda estar de acuerdo entre vosotros, como es propio entre cristianos, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas, y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la escritura: Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.

Mateo 3, 1-12: Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea predicando: Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo: Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán. Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: Raza de víboras, ¿Quién os ha enseñado a escapar de la ira inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no hagáis ilusiones pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: Aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.

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