Movidos a la adoración

¿Por qué Dios se acordará de ti en el último día? Porque siempre estuvo a la puerta esperando que le hablaras.

Señor, acuérdate de mi por el amor que te tengo aunque no soy nada en este mar de creyentes; cualquiera de ellos vive infinitamente más entregado que yo a tu obra de salvación.

Yo, que día a día me siento más atraído por tu palabra y más fascinado por la bondad que encierra, no sabes cuanto me cuesta separarme de las cosas terrenas.

Sí, me gustaría vivir en ese reino idílico que anuncias, pero no se si seré merecedor de ello. De todas maneras te reconozco sabio, justo y amoroso, y sobre todo REY de Reyes, al que todos debemos adorar llevados por nuestra admiración.

La fe y la no fe siempre son opciones libres (creer o no creer) Desearía que aquellos que tanto proclaman la libertad en este mundo, fueran respetuosos con los que eligen cualquiera de estas dos opciones. Ningún hombre debería ser vejado por seguir los impulsos del espíritu o los impulsos de la carne. Afortunadamente todos somos carne y espíritu; entendiendo por espíritu la capacidad de amar y de hacer el bien de las personas, entregando la vida si fuera necesario por el otro o por el ser amado.

También me gustaría que no solo los reyes y los ricos adoraran a Dios; los pobres, los enfermos, los desfavorecidos y los pequeños, son los predilectos de Dios. Por tanto, el pobre debería ser agradecido y adorarle. El Dios que nos presenta las Sagradas Escrituras, traerá riqueza al pobre, salud al enfermo, paz al afligido, libertad al oprimido, justicia al que sufre de abuso, alegría al triste, consuelo al que llora,… El hecho de ser pobre no debe ser motivo para no adorar a Dios. Dios no es responsable del desamor de la raza humana. Si a partir de hoy tu corazón se siente tocado, desde un rincón de tu habitación tú también puedes adorar a Dios. El te escuchará.

Levita

6-1-2008

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