Archivo de octubre de 2016

Lectura diaria de la Biblia

lunes, 31 de octubre de 2016

31 de Octubre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: (Víspera de todos los santos). La santidad de la Iglesia sigue adelante: con esta gente, con nosotros que veremos a Dios como Él es. ¿Cuál debe ser nuestra actitud si queremos entrar en este pueblo y caminar hacia el Padre, en este mundo de devastación, en este mundo de guerras, en este mundo de tribulaciones? ¡Pero nos hará pasar por cosas desagradables! Nos traerá problemas, persecuciones. Pero solo ese camino nos llevará hacia adelante. Y así, este pueblo que hoy sufre tanto por el egoísmo de nuestros hermanos devastadores, este pueblo sigue adelante con las bienaventuranzas, con la esperanza de encontrar a Dios, de encontrar cara a cara al Señor, con la esperanza de llegar a ser santos, en ese momento del encuentro definitivo con Él.

Dijo Jesús a uno de los principales fariseos que lo habían invitado: Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.

Filipenses 2, 1-4; Salmo 130, 1-3 . Lucas 14, 12-14

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domingo, 30 de octubre de 2016

30 de Octubre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Zaqueo trepa a un árbol para poder ver a Jesús. Ese hombre pequeño de estatura, rechazado por todos, está como perdido en el anonimato; pero Jesús le llama, y ese nombre Zaqueo, quiere decir Dios recuerda. Y Jesús va a la casa de Zaqueo, suscitando las críticas de toda la gente de Jericó. Dejémonos llamar por el nombre por Jesús. Es necesario que hoy me quede en tu casa, es decir, en tu corazón, en tu vida. Y acojámosle con alegría: Él puede cambiarnos, puede convertir nuestro corazón de piedra en corazón de carne, puede librarnos del egoísmo y hacer de nuestra vida un don de amor. Jesús puede hacerlo; ¡Déjate mirar por Jesús!

Sabiduría 11, 22-12, 2: Señor, el mundo entero es ante ti como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra. Te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan. Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado. Y ¿Cómo subsistirían las cosas si tú no lo hubieses querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado? Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida. En todas las cosas está tu soplo incorruptible. Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti, Señor.

Salmo 144, 1-2.8-11: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

2Tesalonicenses 1, 11-2, 2: Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita cumplir los buenos deseos y la tarea de la fe; y para que así Jesús nuestro Señor sea vuestra gloria y vosotros seáis la gloria de él, según la gracia de Dios y del Señor Jesucristo. Os rogamos, a propósito de la última venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro encuentro con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras: como si afirmásemos que el día del Señor está encima.

Lucas 19, 1-10: Entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quien era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa. Él bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres: y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. Jesús le contestó: Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

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sábado, 29 de octubre de 2016

29 de Octubre 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La historia de la salvación es la historia de la fidelidad de Dios y de la infidelidad del pueblo. Dios, sin embargo, no se cansa. Dios tiene paciencia, tiene mucha paciencia, y en el tiempo sigue educando y formando a su pueblo, como un padre con su hijo. Dios camina con nosotros. Dice el profeta Oseas: Yo he caminado contigo y te he enseñado a caminar como un papá enseña a caminar al niño. Hermosa esta imagen de Dios. Así es con nosotros: nos enseña a caminar. Y es la misma actitud que mantiene en relación con la Iglesia. Incluso nosotros, en nuestro propósito de seguir al Señor Jesús, experimentamos cada día el egoísmo y la dureza de nuestro corazón.

Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando. Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso esta parábola: Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro y te dirá: “Cédele el puesto a este”. Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto. Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que, cuando venga el que te convidó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Filipenses 1, 18b-26; Salmo 41, 2-5 . Lucas 14, 1.7-11

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viernes, 28 de octubre de 2016

28 de Octubre 2016 – Viernes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Profesar que la Iglesia es apostólica significa subrayar el vínculo constitutivo que ella tiene con los apóstoles, con aquel pequeño grupo de doce hombres que Jesús un día llamó a sí, les llamó por su nombre, para que permanecieran con Él y para enviarles a predicar (cf. Mc 3, 13-19). Apóstol, en efecto, es una palabra griega que quiere decir mandado, enviado. Un apóstol es una persona que es mandada, es enviada a hacer algo y los Apóstoles fueron elegidos, llamados y enviados por Jesús, para continuar su obra, o sea orar –es la primera labor de un apóstol- y, segundo, anunciar el Evangelio. Esto es importante, porque cuando pensamos en los Apóstoles podríamos pensar que fueron sólo a anunciar el Evangelio, a hacer muchas obras.

Subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

Efesios 2, 19-22; Salmo 18, 2-5 . Lucas 6, 12-19

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jueves, 27 de octubre de 2016

27 de Octubre 2016 – Jueves. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Cristo es el centro del pueblo de Dios. En la búsqueda de la figura ideal del rey (las tribus de Israel) buscaban a Dios mismo: un Dios que fuera cercano, que aceptara acompañar al hombre en su camino, que se hiciese hermano suyo. Cristo, descendiente del rey David, es precisamente el hermano alrededor del cual se constituye el pueblo, que cuida de su pueblo, de todos nosotros, a precio de su vida. En Él somos uno; un único pueblo unido a Él, compartimos un solo camino, un solo destino.

En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte. Él contestó: Id a decirle a ese zorro: “Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término”. Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará bacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

Efesios 6, 10-20; Salmo 143, 1.2.9-10 . Lucas 13, 31-35

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miércoles, 26 de octubre de 2016

26 de Octubre 2016 – Miércoles. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: El evangelio de hoy nos invita a reflexionar acerca del tema de la salvación. Jesús está subiendo desde Galilea hacia la ciudad de Jerusalén y en el camino -relata el evangelista Lucas- alguien se le acerca y le pregunta: Señor, ¿son pocos los que se salvan? (13, 23?. Jesús responde diciendo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. La imagen de la puerta se repite varias veces en el Evangelio y se refiere a la de la casa, del hogar doméstico, donde encontramos seguridad, amor, calor. Jesús nos dice que existe una puerta que nos hace entrar en la familia de Dios, en el calor de la casa de Dios, de la comunión con Él. Esta puerta es Jesús mismo (cf. Jn 10, 9). Él es la puerta. Él es el paso hacia la salvación. Él conduce al Padre.

Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: Señor, ¿serán pocos los que se salven?. Jesús les dijo: Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: Señor, ábrenos; y él os replicará: No sé quiénes sois. Entonces comenzaréis a decir: Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas. Pero él os replicará: No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados. Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán los primeros y primeros que serán los últimos.

Efesios 6, 1-9; Salmo 144, 10-14 . Lucas 13, 22-30

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martes, 25 de octubre de 2016

25 de Octubre 2016 – Martes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: La esperanza se sitúa en la dinámica de dar la vida. No es algo visible incluso para el que vive en la primicia del Espíritu. Pero sabemos que el Espíritu actúa. El Evangelio dice algo sobre esto. El Espíritu actúa en nosotros. Actúa como si fuera un grano de mostaza, pequeñito, pero dentro está lleno de vida y de fuerza y va adelante hasta hacerse árbol. El Espíritu actúa como la levadura, es capaz de fermentar toda la harina. Así actúa el Espíritu.

Decía Jesús: ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas. Y añadió: ¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.

Efesios 5, 21-33; Salmo 127, 1-5 . Lucas 13, 18-21

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lunes, 24 de octubre de 2016

24 de Octubre 2016 – Lunes. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Jesús dice a los doctores de la ley: “Hipócritas”. También nosotros podemos pensar cómo es nuestra palabra: ¿es hipócrita? ¿Es un poco de aquí y un poco de allá, para estar bien con todos? ¿Es una palabra bacía, sin esencia, llena de superficialidad? ¿Es una palabra vulgar, trivial, o sea, mundana? ¿Es una palabra sucia, obscena? La luz brilla e ilumina a los demás en el camino, y hay cristianos luminosos, llenos de luz, que buscan servir al Señor con esta luz. Y hay cristianos tenebrosos, que no quieren nada del Señor y llevan una vida de pecado. Existe un tercer grupo de cristianos. Ni luminosos no oscuros: son los cristianos de color gris, que en una ocasión están de esta parte, y en otra de aquella. Están siempre en la mediocridad: son los tibios. En el Apocalipsis el Señor a estos cristianos de la mediocridad les dice: ”¡Ojalá fueras caliente o frío! Pero porque eres tibio –gris- ¡te vomitaré de mi boca!”. El Señor es duro con los cristianos de color gris: Yo soy cristiano, pero sin exagerar.

Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: Seis días tenéis para trabajar; venid esos días a que os curen, y no los sábados. Pero el Señor, dirigiéndose a él, le dijo: Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?. A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

Efesios 4, 32-5, 8; Salmo 1, 1-6 . Lucas 13, 10-17

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domingo, 23 de octubre de 2016

23 de Octubre 2016 – Domingo. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: Nosotros a veces tenemos una gran prisa por juzgar, clasificar, poner de este lado a los buenos y del otro a los malos… Pero recordar la oración de ese hombre soberbio: Oh Dios, te doy gracias porque soy bueno, no soy como los demás hombres, malo… (cf. Lc 18, 11-12). Dios en cambio sabe esperar. Él mira el campo de la vida de cada persona con paciencia y misericordia: Ve mucho mejor que nosotros la suciedad y el mal, pero ve también los brotes de bien y espera con confianza que maduren. Dios es paciente, sabe esperar. Que hermoso es esto: nuestro Dios es un Padre paciente, que nos espera siempre y nos espera con el corazón en la mano para acogernos, para perdonarnos. Él nos perdona siempre si vamos a Él.

Eclesiástico 35, 12-14.16-18: El Señor es un Dios justo que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las suplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansa; no ceja hasta que Dios le atiende y el juez justo le hace justicia.

Salmo 33, 2-3.17-19.23: Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

2Timoteo 4, 6-8.16-18: Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí ante el tribunal, todos me abandonaron y nadie me asistió. –Que Dios los perdone-. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar integro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Lucas 18, 9-14: Dijo Jesús esta parábola a algunos que, teniéndose por justos se sentían seguros de sí mismos, y despreciaban a los demás: dos hombres subieron al templo a orar. Uno era un fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios! Te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquel no. Porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.

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sábado, 22 de octubre de 2016

22 de Octubre 2016 – Sábado. Leed la Biblia, es la mejor forma de conocer a Dios y al hombre.

Papa Francisco: En los momentos de tristeza y de abatimiento, cuando todo parecía perdido, san Juan Pablo II no perdía la esperanza, porque su fe y su esperanza estaban puestas en Dios. El pueblo polaco sabe bien que para entrar en la gloria es necesario pasar a través de la pasión y la cruz. Y lo sabe no porque lo ha estudiado, lo sabe porque lo ha vivido. San Juan Pablo II, como digno hijo de su patria terrena, recorrió ese camino. Lo siguió de manera ejemplar, recibiendo de Dios un despojamiento total. Por ello su carne descansa en la esperanza. ¿Y nosotros? ¿Estamos dispuestos a seguir ese camino? San Pedro, también con la voz de san Juan Pablo II, os dice: Comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación (1P 1, 17). Es verdad, somos viandantes, pero no errantes. En camino, pero sabemos adónde vamos. Los errantes no lo saben. Somos peregrinos, pero no vagabundos, como decía san Juan Pablo II.

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la mismo manera. Y les dijo esta parábola: Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”. Pero el viñador contestó: “Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.

Efesios 4, 7-16; Salmo 121, 1-5 . Lucas 13, 1-9