Archivo de marzo de 2012

Lectura diaria de la Biblia

sábado, 31 de marzo de 2012

31 de Marzo 2012 – Sábado

 

Mundo: ¡El gran delito de Cristo fue resucitar a Lázaro! Pasó haciendo el bien.

 

Fe: Conviene que uno muera por el pueblo: Jesús muere por todos.  

 

Muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús la resurrección de Lázaro, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: ¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación. Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera. Esto no lo dijo por propio impulso, sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando que Jesús iba a morir por la nación; y no solo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos. Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba públicamente con los judíos, sino que se retiró a una región vecina al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se acercaba la pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a Jerusalén, antes de la pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando en el templo, se preguntaban: ¿Qué os parece? ¿No vendrá a la fiesta? Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.

 

Ez 37, 21-28; Sal Jr 31, 10-13 . Juan 11, 45-57

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viernes, 30 de marzo de 2012

30 de Marzo 2012 – Viernes

 

Mundo: Las palabras de Cristo pueden a veces resultar duras de entender, pero no las de quien pasó por este mundo haciendo el bien. ¿Por cual de ellas me apedreáis?

 

Fe: El Padre está en mí y yo en el Padre: y quien crea en mí será uno con nosotros.

 

Los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús: Él les replicó: Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿Por cual de ellas me apedreáis?. Los judíos le contestaron: No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios. Jesús les replicó: ¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: Sois dioses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabullo de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad. Y muchos creyeron en él allí.

 

Jr 20, 10-13; Sal 17, 2-7 . Juan 10, 31-42

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jueves, 29 de marzo de 2012

29 de Marzo 2012 – Jueves

 

Mundo: Los fariseos se atrevían a discutir con Cristo, y ante la imposibilidad de vencerle querían apedrearlo. ¿Tan difícil es leer o escuchar la Palabra de Dios con paz?

 

Fe: Quien guarde mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.

 

Dijo Jesús a los judíos: Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre. Los judíos le dijeron: Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?. Jesús contestó: Si yo me glorificara a mi mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo si lo conozco, y si dijera: “No lo conozco”, sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio y se llenó de alegría. Los judíos le dijeron: No tienes todavía 50 años ¿y has visto a Abrahán?. Jesús les dijo: Os aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo. Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

 

Gn 17, 3-9; Sal 104, 4-9 . Juan 8, 51-59

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miércoles, 28 de marzo de 2012

28 de Marzo 2012 – Miércoles

 

Mundo: La libertad es uno de los anhelos más hondos de todo corazón humano. Pero ¿de quién viene al hombre? Cristo dice que de la verdad, y él es la verdad.

 

Fe: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.

 

Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Le replicaron: Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”? Jesús les contestó: Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre. Ellos replicaron: Nuestro padre es Abrahán. Jesús les dijo: Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre. Le replicaron: Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios. Jesús les contestó: Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió.

 

Dn 3, 14-20.91-92.95; Sal Dn 3, 52-56 . Juan 8, 31-42

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martes, 27 de marzo de 2012

27 de marzo 2012 – Martes

 

Mundo: Si no creéis,  moriréis por vuestros pecados. ¿Quién puede querer para sí la muerte para siempre?

 

Fe: Cuando levantéis al Hijo del hombre sabréis que soy yo: el Hijo de Dios, en la cruz.

 

Dijo Jesús a los fariseos: Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros. Y los judíos comentaban: ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”? Y él continuaba: Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: Pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados. Ellos le decían: ¿Quién eres tú? Jesús les contestó: Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él. Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada. Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

 

Nn 21, 4-9; Sal 101, 2-21 . Juan 8, 21-30

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lunes, 26 de marzo de 2012

26 de marzo 2012 – Lunes

Mundo: Dios se hace hombre para que todo hombre pueda ser hijo de Dios: ¿ofrece el mundo algo más importante y liberador?.

Fe: Hágase en mí según tu palabra: es la actitud de María, la mejor cristiana.

SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Is 7, 7, 10-14; 8, 10: Mirad: la virgen está en cinta.

Sal 39, 7-10: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Hb 10, 4-10: Está escrito: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”.

Lucas 1, 26-38: A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David: la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Y María dijo al ángel: ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?. El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios no hay nada imposible. María contestó: Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.

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domingo, 25 de marzo de 2012

25 de marzo 2012 – Domingo

 

Mundo: Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí: a todos los que no se resistan. Dios respeta la libertad del hombre.

 

Fe: Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto.

 

Jr 31, 34: Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la que hice con vuestros padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos, aunque yo era su Señor, quebrantaron mi alianza  –oráculo del Señor-. Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días –oráculo del Señor-. Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: Reconoce al Señor. Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande –oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.

 

Sal 50, 3-4.12-19: Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

 

Hb 5, 7-9: Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.

 

Juan 12, 20-33: Entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles;  éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: Señor, quisiéramos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama así mismo, se pierde y el que se aborrece así mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré? Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo. La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.  

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sábado, 24 de marzo de 2012

24 de marzo 2012 – Sábado

 

Mundo: Los enemigos de Cristo han de reconocer que jamás ha hablado nadie como ese hombre: lo que no sabían –ni saben los que hoy lo rechazan- es que ese hombre es Dios.

 

Fe: Los que siguen a Jesús lo hacen atraídos por su palabra, por su ejemplo y por su gracia.

 

Alguno de entre la gente, que habían oído los discurso de Jesús, decían: Éste es de verdad el profeta. Otros decían. Éste es el Mesías. Pero otros decían: ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?. Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: ¿Por qué no lo habéis traído? Los guardias respondieron: jamás ha hablado nadie como ese hombre. Los fariseos les replicaron: ¿También vosotros os habéis dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa gente que no entiende de la ley son unos malditos. Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: ¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho? Ellos le replicaron: ¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas. Y se volvieron cada uno a su casa.

 

Jr 11, 18-20; Sal 7, 2-3.9-12 . Juan 7, 40-53

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viernes, 23 de marzo de 2012

23 de marzo 2012 – Viernes

 

Mundo: A cada paso que daba Cristo, había quien quería matarlo. Ni entonces, ni durante veinte siglos de cristianismo, a podido nadie contra Cristo ni contra su Iglesia.

 

Fe: El cristiano conoce a Jesús y conoce de donde vino, enviado por el Padre para salvar a todo hombre.

 

Recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: ¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad como habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de donde viene. Entonces Jesús mientras enseñaba en el templo gritó: A mí me conocéis, y conocéis de donde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco porque procedo de él, y él me ha enviado. Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

 

Sb 2, 1a.12-22; Sal 33, 17-23 . Juan 7, 1-2.10.25-30

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jueves, 22 de marzo de 2012

22 de marzo 2012 – Jueves

 

Mundo: Ojalá no hubiera ninguno, por alejado que esté, que escuche lo que un día dijo Cristo a los judíos: No queréis venir a mí para tener vida.

 

Fe: El discípulo de Jesús da fe a los escritos de Moisés y a las palabras de Jesús.

 

Dijo Jesús a los judíos: Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y se que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre,  hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿cómo daréis fe a mis palabras?

 

Ex 32, 7-14; Sal 105, 19-23 . Juan 5, 31-33.36-47